La sofisticación y la elegancia son un valor añadido también en la gastronomía, pero hay ocasiones en que lo que nos apetece es precisamente lo contrario: un ambiente informal sin muchas pretensiones, un trato familiar y acogedor, unos platos sencillos pero deliciosos, precios asequibles… en definitiva, sentirnos “como en casa”. Si hace tiempo que buscáis un restaurante así en Barcelona o en Madrid, atentos a las siguientes propuestas:
BARCELONA
Vamos hasta el barrio de Les Corts para encontrar Leku, nuestra primera sugerencia, un restaurante que va ganando fama en la ciudad. Pequeño y acogedor, con decoración sobria, nos ofrece una carta de cocina mediterránea muy bien trabajada con productos de una calidad excepcional. Los desayunos y los platos de cuchara son uno de sus puntos fuertes, pero también los pescados. Si buscáis un lugar íntimo para disfrutar de una buena comida no os lo perdáis.
Nuestra siguiente sugerencia lleva el sello de uno de los top chef de la ciudad y de una familia dedicada desde 1869 a la cocina: Gaig a Casa, la versión low-cost del restaurante Gaig. Situado en la zona de Numancia con Diagonal, el último proyecto de Carles Gaig es a la vez tienda de comida para llevar y restaurante (con opción de talleres nocturnos y show cooking). Si queréis probar la esencia de la cocina catalana tradicional, ahí encontraréis platos sencillos a precios muy razonables.
En el barrio más hipster de Barcelona, Gràcia, justo enfrente del Mercado de la Llibertat, encontramos otro pequeño rincón gastronómico para pasar un buen rato: La Pubilla. De manos de un equipo joven y dinámico, ofrece una reinterpretación de la cocina tradicional donde reinan los platos de casquería, legumbres y cocina clásica, “de chup-chup”. Tanto para hacer un “desayuno con tenedor” como para tomar un buen menú de mediodía es una muy buena opción.
Y bajamos ahora hasta el Raval, donde nos esperan nuestras dos últimas propuestas para comer “como en casa”.
El primero, Bacaro, un pequeño restaurante italiano justo detrás del Mercado de la Boquería donde nos sentiremos como en casa, incluso aunque no seamos del país de la ópera (hasta podremos pintar en las paredes). Con un producto de mercado fresco y extraordinario, sus pastas a la marinera y su escalopa a la milanesa marcan la diferencia.
Y el segundo y último, un clásico total que no podía faltar: Can Culleretes, con más de doscientos años de historia. Fundado en 1786, es el restaurante más antiguo de Barcelona y el segundo de España. Si queréis probar cocina tradicional casera (de raciones generosas) en un ambiente único este es vuestro sitio.
MADRID
Iniciamos nuestra ruta en Madrid por De la Riva, una auténtica institución entre las tradicionales ‘casas de comidas’ de la ciudad desde su apertura en 1932 en Chamartín. Emblemático donde los haya, este restaurante no tiene carta y los camareros cantan los platos al estilo tradicional. Los platos de cuchara y casquería son su especialidad. Con un trato amable y familiar, es el lugar perfecto para largas sobremesas.
Nuestra segunda parada es Carmen Casa de Cocidos, en la calle Ibiza, muy cerca del Hospital Gregorio Marañón. Muy frecuentado por el público local, ofrece una propuesta doble: al mediodía sirve exclusivamente cocido (su plato estrella, servido en tres vuelcos al estilo tradicional) y por la noche se transforma en el restaurante de cocina tradicional catalana La Santpere (caracoles, fricandó, albóndigas con sepia, etc.). Pequeño, tranquilo y acogedor, Carmen Carro y Santiago Pedraza os acogerán como en casa.
Dejamos el cocido y la cocina catalana para adentrarnos en la cocina tradicional vasco-navarra que tampoco sigue modas. En Dantxari, cerca de la Plaza de España, encontramos una de las mejores propuestas relación calidad-precio de los clásicos de esta cocina (alubias, txangurro, kokotxas, etc.). Su ambiente de taberna vasca, con manteles a cuadros y varios comedores privados lo convierte en un lugar ideal para almuerzos y cenas entre amigos.
Si citábamos Bacaro como ejemplo de italiano “auténtico” en Barcelona, un buen símil madrileño (salvando las distancias) sería Da Giuseppina, en Chamberí. Con una extensa carta de pizzas y pastas y también amplísima selección de vinos, en este pequeño restaurante encontraremos raciones muy generosas (hay opción de medias raciones) a un buen precio. Para los más sibaritas, el restaurante cuenta también con una tienda que ofrece una gran variedad de productos gourmet.
Por último, nos desplazamos hasta el mercado de la Paz, en el barrio de Salamanca, para visitar una de sus paradas más emblemáticas: Casa Dani. Con más de veinte años de trayectoria, este restaurante familiar deleita diariamente a cientos de comensales de todas partes con sus recetas caseras. Su famosa tortilla de patatas ha marcado un antes y un después en los paladares madrileños.