Alejandro es propietario de una galería de arte contemporáneo. Y la cocina y el buen comer son sus aficiones. “No sólo la cocina –puntualiza. También ir al mercado y conocer los productos de temporada y hacer de ellos buen uso”. Él es uno de nuestros 600 gastrónomos. Hoy te lo presentamos así.
¿El mejor plato de tu infancia?
Sin lugar a dudas las croquetas
¿Cómo empezó tu interés por la gastronomía?
Conociendo grandes restaurantes dentro de nuestra geografía y también fuera de España. Los viajes iban siempre acompañados de una buena mesa.
¿Qué cualidades debe tener un restaurante para conseguir tu máxima puntuación?
La excepcionalidad del producto y una elaboración que lo ensalce.
¿Y un gastrónomo? ¿Qué cualidades se necesitan para llegar a serlo?
Creo que es importante tener un criterio gastronómico propio y no dejarse influenciar por las modas. Algo así también sucede en el mundo del arte, que es a lo que me dedico.
El fenómeno foodie. ¿Una moda pasajera o un cambio de hábitos en la sociedad?
Las modas son efímeras, y gastronómicamente hablando pueden tener peligro.
¿Cómo ves la oferta gastronómica de Barcelona actualmente? ¿Qué te sobra y que te falta?
Pobre y desmembrada. La comida de los restaurantes ha pasado a casi no tener importancia, prevalece el diseño de los locales. Se ha perdido la profesionalidad no tan sólo en los fogones sino también en la sala. Todo reflejo de una sociedad que sólo busca la moda, el ver y el ser visto. El gran restaurante está en vías de desaparición en Barcelona.
¿El cliente siempre tiene la razón?
No siempre, pero el buen restaurador se la habrá de dar. Los restaurantes tienen que ser lugares para satisfacer a sus clientes y no para imponer normas. Me declaro anti menú de degustación. Me parece una prepotencia por parte de los restaurantes. Si quiero probar varios platos, se lo comentaré antes al maitre de sala y éste me los preparará en cantidades apropiadas para ello. Igual un día voy a un gran restaurante y solo me apetece tomar un plato.