¿Vais a último minuto y aun no tenéis restaurante para la cena de empresa? No pasa nada, el mes pasado os dábamos ideas de restaurantes en Barcelona para cenas de navidad y hoy os damos más posibilidades perfectas para ir en grupos. Así que toma nota de dónde ir a cenar en Barcelona y reserva ya el restaurante que más te guste:
Gaig
Tercera sede de los Gaig, hasta reubicar la estrella en el Eixample de Barcelona. Local agradable, moderno y acogedor, distribuido en diferentes espacios y privados. Varias mesas redondas. Cocina de alto nivel: catalana y de autor. Canelones excepcionales. Platos de la abuela, herencia de la primera sede en el barrio de Horta. Precios de todo tipo: “se puede salir correctito o calentito”. Servicio muy profesional y sin epatar. Locales y business. Experiencia muy grata.
Taktika Berri
Auténtica cocina vasca de calidad, servida en una barra de pinchos excepcional y tres comedores acogedores. Aquí la “gran María”, un atractivo más del local, te guiará con honestidad por la mejor cocina vasca de la ciudad. Su “altísima” materia prima está preparada con sencillez y al estilo tradicional. Frecuentado por público “local y nacional”, puede estar “a tope” cuando en la ciudad se celebran convenciones o ferias. Aunque lo ideal sería “probar muchas cosas” sus platos estrella son la merluza en sus diferentes versiones y las tortillas de patatas y de bacalao. La visita “vale el viaje”, pero es mejor reservar.
Moments. H. Mandarin Oriental
Selecto y galardonado restaurante ubicado dentro del lujoso Hotel Mandarin Oriental y dirigido por Carme Ruscadella, la única chef en el mundo con seis estrellas. Con su hijo como cocinero, reinventa cada día la gastronomía catalana hasta convertirse en referente internacional. Platos muy creativos, minimalistas. Espacio tranquilo y cómodo, esencialmente en tonos blancos. Mesa privada del chef en la cocina. Clientela internacional dispuesta a pagar lo que este lujoso servicio vale. Un lujo al paladar.
Hofmann
Este es el rinconcito del estrellado restaurante de Mey Hofman. Situado en la zona alta, ofrece una relación calidad- precio muy correcta. Menú de tres platos y postre. Cocina cuidada y hecha con mimo. Carta equilibrada, no excesiva. Los postres son “supremos”. Bodega extensa a precios muy asumibles. Servicio esmerado. Vistas a la cocina-taller de la escuela, que compensan la falta de vistas al exterior.
Coure
Platos finos y exquisitos. Minimalismo y gusto en la decoración. Hay dos zonas: el sótano, un restaurante con comida de calidad y cuidada, y arriba una barra para quince comensales, que es una de las experiencias gastronómicas de la ciudad. Los precios “pican un poco” pero están en consonancia con los clientes. Bastante gente de empresas. La oferta gastronómica viene de Albert Ventura, que empuja a probar verdaderos platos de autor. Ideal dos comensales en la barra, máximo tres. Si no, no hay conversación.
Mextizo
Tras varios años en México DF, el chef Adrián Marín ha apostado por aplicar su amplia experiencia en alta gastronomía (Can Fabes, Majestic...) a esta opción vanguardista del centro de la ciudad. Su propuesta: entrantes mexicanos, gran variedad de exquisitos arroces (impresionante el de garbanzos y manitas de cerdo) y parrilla vasca de muy buen nivel. Buena bodega a precios controlados. Menú ejecutivo algo subido de precio. Local compuesto por una barra y varias mesas en la entrada, más una sala amplia y luminosa con posibilidad de privado al fondo. Abierto todos los días excepto los domingos por la noche.
Igueldo
Cocina vasca con inspiración mediterránea. Seleccionada materia prima. Oferta agradable, sobria y honesta. Legumbres, algún plato de cuchara y buenas carnes. El local es acorde con la cocina. Mesas bien distribuidas, iluminación bien resuelta, una barra a la entrada para esperar. El servicio es atento y eficiente. Buena bodega a precios razonables. Saben lo que hacen: valor sólido.